CUÉNTANOS UN CUENTO, ABUELO (RELATITO)
CUÉNTANOS UN CUENTO, ABUELO
Dos niños sentados delante de su cariñoso abuelo le pidieron.
—Cuéntanos un cuento, abuelo. Un cuento bonito.
—Veréis, cuando yo era tan pequeño como vosotros sois ahora, el agua de los ríos estaba tan limpia que se podía beber sin tener que someterla a ningún tratamiento, el aire podías respirarlo sin enfermar ni necesitar mascarilla, el cielo era más azul que ahora, la lluvia lavaba en vez de ensuciar como hace ahora, y la gente se miraba, saludaba y, a menudo, sonreía.
—¿Y qué ha ocurrido con todo eso, que no existe más, abuelo? —entristecidos los pequeños.
—Pues ocurrió que nacieron tantos hombres codiciosos y malos que terminaron con todo eso. La codicia y el odio son las peores plagas que actualmente sufrimos todos.
—¿Y esto será siempre así, abuelo? —asustados los niños.
—Queridos niños, confiemos en que no empeore —el anciano creyendo que ocultarles la realidad que iban a vivir, en nada les favorecería--. Vosotros, queridos míos, debéis intentar restablecer todo lo bueno que hubo y que ya no existe más.