CHISTES MEJICANOS (Minisucesos jocosos)

CHISTES MEJICANOS

En pleno acto sexual una viejita le dice a su marido:

¡Pareces un celular!

El viejo dice:

¿Vibro mucho?

¡No al entrar al túnel se te cae la señal!

 

Mamá, tengo que ir al ginecopsiquiatra.

¿Al ginecopsiquiatra?

Sí, cada vez que me cogen me vuelvo loca.

 

Doctor, mi hija no se encuentra bien.

Dígame, señora, ¿Ella esputa y excrementa?

Sí, doctor, es puta, pero no escarmienta.

 

Doctor, no puedo dormir.

Si me acuesto del lado derecho, se me sube el hígado;

Si me acuesto del lado izquierdo, se me sube el riñón.

¡¡¡Acuéstese boca arriba!!!

Se me sube mi  marido…

 

¿Y te acostaste con tu mujer antes de casarte?

Yo no… ¿Y tú?

Hombre… no sabía que te casarías con ella.

 

En un  burdel:

Madame, ¿Cuánto cuesta aquí acostarse con una mujer?

Depende del tiempo.

Supongamos que llueve.

 

Están dos policías a la vera del camino, cuando pasa un automóvil a 160 km/h.

Uno le dice al otro:

¿No es ése el hijueputa al que le quitamos la licencia  ayer?

Sí, es ése, sigámoslo.

Lo siguen, lo alcanzan, lo detienen y le preguntan:

¿Y su licencia?

¡Puta madre!, no me digan que la perdieron.

 

Anoche me acosté con una mujer buenísima.

¡Qué piernas!…. ¡Qué tetas!…  ¡Qué culo!

¿Y de cara?

Eso sí… ¡Carísima!

 

Dice la madre a la hija:

Mija, ¡Dicen las vecinas que te estás acostando con tu novio!

Ay, mami, la gente es muy chismosa.

Uno se acuesta con cualquiera y ya dicen que es el novio.

 

¡María, tu marido se va a tirar por la ventana!

¡Dile a ese pendejo que le puse cuernos, no alas!

 

Carmen, ¿Estás enferma?

Te lo pregunto porque he visto salir a un médico de tu casa esta mañana.

Mira cabrona, ayer por la mañana yo ví salir a un militar de la tuya y no por eso estás en guerra, ¿Verdad?

 

Dígame. ¿Cuál es el motivo por el quiere divorciarse de su esposo?

Mi marido me trata como si fuera un perro.

¿La maltrata, le pega?

No, Quiere que le sea fiel.

 

En una fiesta se acerca un mesero a ofrecerle más whisky a una muchacha,

Madame, ¿Gusta otra copa?

No, gracias, me hace daño para las piernas.

¿Se le adormecen?

No, ¡Se me  abren!

 

Una joven rebelde muy liberada, entra en un bar completamente desnuda, se para frente al cantinero y le dice:

¡Dame una cerveza bien helada!

El cantinero se queda mirándola sin moverse.

¿Que pasa? ¿Nunca ha visto a una mujer desnuda?

¡Muchas veces!

¿Y entonces que mira?

¡Quiero ver de donde va a sacar el dinero para pagar la cerveza!

 

El novio le dice a la novia:

Mi amor, pero tú no eres virgen.

Y ella responde:

Ni tu san José, ni vinimos a armar un pesebre, ¿Cierto, amor?