BURRO MEJOR QUE AVESTRUZ (MICRORRELATO)

Cuando te insulten, ofensa a la que nadie es inmune en este maleducado, grosero y agresivo mundo en el que nos está tocando vivir, considera preferible que te llamen burro, a que te llamen avestruz.
Explico el porque de la preferencia de uno sobre el otro. El burro tiene un cerebro tan grande como una tortilla de patata de cuatro huevos, mientras que el cerebro del avestruz es menor que uno de sus ojos. Notable diferencia, ¿no?
Ya sabes: el consuelo es la medicina que alivia los pesares de los no violentos y conformistas. Y que te inspire confianza saber que es infinitamente superior el número de personas que va al maravilloso  cielo, entre los que visten el mono de obrero, y tienen las manos llenas de callos, que entre los que visten esmoquin y pajarita, y presentan  manos de finura aristocrática.

Cuando te exasperen y te encocoren las diferencias sociales, apacíguate con el consolador pensamiento de que cuando sale el sol, este generoso astro demuestra una consoladora equidad, pues nos calienta a todos por un igual, menos a los que lo rechazan permaneciendo a la sombra. Esto no es mucho, pero como dijo aquel calvo que se encontró un peine: ¡Algo, es algo!

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