BUENOS TRUCOS PARA LLEGAR A PRESIDENTE (MICRORRELATO)

(Copyright Andrés Fornells)
Rogelio Trabuco era un tipo muy ambicioso. Los tipos ambiciosos, si son lo suficientemente astutos y carentes de escrúpulos, logran convertir en realidad sus mayores ambiciones.
La ambición principal de Rogelio Trabuco fue la de llegar a presidente de su país, y como no era un improvisador, estudio los métodos que les habían valido a otros ambiciosos para lograr tan alto, suculento y enriquecedor puesto. Y descubrió enseguida que a los posibles votantes no había que darles lo que necesitaban, sino lo que más ilusión podía hacerles. Lo que más ilusión podía hacerles, por lo general era imposible dárselo nadie. Por lo tanto, nada más eficaz que mentirles diciéndoles que él, presentado como candidato a las próximas elecciones, si lo votaban, sí les daría ese imposible, y les regaló discursos parecidos a éste:
—Yo os prometo y me comprometo solemnemente a cumplirlo, lo siguiente: Si me concedéis la presidencia de este hermoso y privilegiado país, voy a atar a todos vuestros perros con longanizas, y regalaros a vosotros, maravillosos ciudadanos, la entrada a los estadios de fútbol, tanto los de primera división como todos los de categorías inferiores será gratis para todos los que quieran ir a verlos. Y las rebajas de los grandes almacenes tendrán lugar todos los días, para que nuestras queridas compatriotas tengan cosas bonitas y baratas que ponerse y estar bellas y elegantes siempre.
Estas promesas ilusionaron tanto a los que tenían perros y a todos los demás, que al embustero Rogelio Trabuco le sobraron votos para ser presidente él y otros diez más.
Y Rogelio Trabuco cumplió lo prometido, igual como cumplen sus promesas la gran mayoría de los presidentes. Las entradas a los estados de futbol de primera división y de las categorías inferiores fueron gratis los días que no había partido. Y las rebajas en los grandes almacenes tuvieron lugar todos los días, que lo decidían los dueños de estos establecimientos.
MORALEJA: De casi todos los políticos no te creas nada, ni siquiera lo que digan con la boca cerrada, porque los embusteros mienten hasta con la respiración y con el pensamiento. Estáis advertidos.