VATICINIOS DE UNA GITANA (MICRORRELATO)
VATICINIOS DE UNA GITANA
—Gachó, alegra esa cara de limón exprimido que tienes. Alegra esa cara porque muy pronto tendrás algunas sorpresas muy agradables. Sorpresas que te harán la mar de feliz —vaticinó a Modesto Pérez una gitana llamada Manuela la Atravesá.
Modesto Pérez la maldecirá toda su vida, pues, en el transcurso de solo una semana, este pobre hombre se cayó por una escalera rompiéndose una pierna; su mujer, a la que quería con locura, se fugó con su guapo primo Roberto; él perdió su empleo por un ajuste de plantilla, los zapatos nuevos le están destrozando los pies, un camión atropelló y mató a su amado perro Tomatito, a su gata Merceditas se la dejaron preñada a pesar de habérsela esterilizado un veterinario, le cortaron la luz por equivocación, le robaron el coche nuevo y nunca más lo encontró. Sin embargo, sí lo encontraron a él media docena de multas que le habían metido por haberlo aparcado donde no estaba permitido.
Finalmente, a Modesto Pérez lo han metido en un psiquiátrico y un médico muy bueno ha conseguido convencerlo de que es multimillonario y no tiene problema ninguno. El que tiene problemas ahora es el facultativo, con Modesto Pérez, pues éste lo acusa de haberle dejado vacías sus millonarias cuentas bancarias y, en cuanto logra hacerse con un teléfono lo denuncia a la policía acusándolo de ladrón.