UNA BOCA FEMENINA (MICRORRELATO)

  • De deslumbrante sol tenías pintados los labios.
    Con un manantial de miel encerrado en ellos.
    Cuando te dije que moría de sed, los entreabriste.
    Bebe. Bebe hasta saciarte, peregrino –ofreciste.
    Yo bebí y quedé irremediablemente hechizado.
    Tú sabias, astura hechicera, que en adelante
    Yo no podría ya beber de ningún otro manantial
  • más que del tuyo, pues mi sed era de ti esclava.

 

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