NUNCA ESTUVO PEOR LO DE SER HOMBRE CROMOSÓMICO (MICRORRELATO)

Comienza a extenderse como una marea, aparentemente imparable, que los hombres no deben encontrar a las mujeres hermosas, demostrarlo, decírselo y, sobre todo, desearlas ni tan siquiera con intenciones procreativas previamente acordadas. A los hombres cromosómicos, para que se enteren de lo que vale un peine, hay que humillarles haciéndoles las más denigrantes perrerías, incluyendo las referidas a su innominable.
Justamente ayer se escuchó a un matrimonio hablar a este respecto.
—¿Entiendes ahora, Manuel, por qué quería yo que tuviésemos una niña?
—Tenías razón, como siempre, María.
Su niño, vestido de lagarterana, les escuchaba con ojos multiplicados de tamaño por la sorpresa. Angelito, comenzaba a darse cuenta del mundo tan complicado al que dos heterosexuales le habían traído vía nacimiento