UN CONJUNTO DE EQUÍVOCOS (MICRORRELATO)

a-un-conjunto-de-equivocos
(Copyright Andrés Fornells)

—Hola, Conchi. Soy Arturo. Te llamo para repetirte otra vez más que sigo firmemente dispuesto a dedicar el resto de mi vida a hacerte feliz. ¿Qué me respondes?
—Caballero, se ha equivocado usted de teléfono. Mi nombre es Lorena. Y se da la casualidad de que soy soltera, no mal parecida y estoy precisamente buscando a alguien que quiera dedicar el resto de su vida a hacerme feliz.
—Tal vez sería interesante que nos conociéramos, Lorena. La chica que estaba llamando ha rechazado ya cinco veces esta proposición mía.
—No todas las mujeres somos iguales, ni los hombres tampoco. ¿Nos vemos hoy mismo?
—Nos vemos. Di dónde —entusiasmándose.
Ella escogió un conocidísimo parque de la ciudad. Él asistió al mismo a la hora que acordaron. Vio a una chica sola, guapa y con un cuerpo espectacular, se acercó a ella y preguntó, ilusionado:
—¿Eres Lorena?
A ella que le había gustado él nada más verlo respondió, encantadora:
—Yo seré para ti lo que tú quieras, simpático. Venga, dame tu mano para que empecemos a coger confianza el uno con el otro —ofreciéndole la suya.
Y ambos echaron a caminar con las manos presas, mirándose con mucho agrado
Al final, caprichos del azar que hilvanó una serie de equívocos, Arturo no mantuvo una larga y hermosa historia de amor ni con Conchi, ni con Lorena, sino con Julita. Y es que a Cupido no le importan los nombres sino los sentimientos que poseen los seres humanos.

Read more