DOS CHICAS MUY MODERNAS INTERCAMBIAN (MICRORRELATO)

Susi y Tina, dos chicas muy modernas, entran en los servicios de un bar de copas. Visten faldas cortas y blusas ajustadas que enseñan canalitos mamarios aumentados de volumen por sujetadores con trampa. Han aprendido a caminar con la misma naturalidad que las modelos de pasarela, desde las plataformas de sus zapatos de tacones altísimo. Huelen a perfumes a los que han creado adicción las mujeres famosas, tan caros que arruinan los bolsillos de las seductoras jóvenes mileuristas.
La chica de la blusa colorada se planta delante del espejo, deja su bolso imitación Gucci encima de la encimera y comienza a perfilarse los labios. La chica de la blusa azul entra en uno de los cuartos de baño. Termina rápido y devuelve a su sitio anterior la fina prenda deslizada dos minutos antes hasta los tobillos. Se reúne con su amiga y comenta:
—Lusito es un muermo. Escribe poesía en sus ratos libres. Me ha leído un par de ellas. ¡Alucinantes! ¡Para mearse de risa! Pretende arreglar este mundo tan desarreglado: sembrando sonrisas como si fueran flores y convirtiendo en algodonosas nubes soñadoras las almas de todos los humanos.
—Oye, pues eso no está nada mal. Lo encuentro original, entretenido. Arturo me dice todo el tiempo que me va a comer.
—¡Qué caníbal! ¿Va a comerte con cuchillo y tenedor? —con marcada sorna la otra.
—Dice que a besos.
—Oye, pues me mola. ¿Cambiamos? ¿El poeta para ti y el caníbal para mí?
—Hecho.
Las dos amigas ríen divertidas. Muchas malas experiencias les han desarrollado el cinismo, y minimizado la esperanza de encontrar, en su vida el amor que, de más jovencitas, las hicieron soñar las películas vistas y los libros románticos leídos.