¡AY, QUÉ SUSTO TAN GRANDE TENGO! (MICRORRELATO)

¡AY, QUÉ SUSTO TAN GRANDE TENGO!
¡Ay, que susto tan grande tengo metido en el cuerpo debido al sexo que los cromosomas, sin consultármelo, decidieron darme!
Y no es para menos. Hace muy poco se escuchaba decir a las bocas ecuánimes:
—Hay mujeres malas y hay hombres malos.
Pero han empezado a decir las bocas radicales:
—Todas las mujeres son buenas y todos los hombres son malos.

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