Señores Reyes Magos, por esta nueva carta que os escribo reconoceréis que la constancia es una de mis mejores virtudes. Vosotros, seguramente, lo mismo que sucedió con mis otras cartas anteriores, tampoco a ésta le haréis el menor caso. Pero os la escribo animado por ese apotegma consolador de tantos:
Muchos escritores, tanto los buenos como los malos, tenemos el hábito de comunicarnos con nuestros personajes de ficción y también reales que habitan las casas de nuestros libros. En este año, que ya hemos dejado atrás, muy fructífero para mí creativamente pues han pasado de cien esos personajes, la mayoría
Todos los años, los terrícolas consumistas que sobrevivimos a ese estúpido tragarse doce uvas en un tiempo que, a ritmo normal, solo nos tragaríamos tres, nos hacemos un buen número de propósitos para el nuevo año que comienza. Los más habituales son: dejar de fumar los fumadores, de beber los
Esta mañana, camino del trabajo, con los ojos bien abiertos, he ido observando a todos los seres humanos que, conmigo, ocupan espacio dentro de este mundo tan contaminado, superpoblado y, mayoritariamente poco amable y solidario. Y he visto a un hombre con el cigarrillo en sus labios mostrando cierto aire