AGRADECIMIENTO A LA CRISIS (Microrrelato)

AGRADECIMIENTO A LA CRISIS (Microrrelato)

Es bien sabido que las economías de los países tienen sus altas y sus bajas. Las personas con pobres ingresos notan muchísimo esas bajas y muy poco las alzas. Pero no trata esta corta historia de desigualdades sociales sino de las consecuencias que la última crisis tuvo para los vecinos de la calle Bostezos Lánguidos. Y muy especialmente para los que habitaban el inmueble número 66.

Resulta que en la primera planta del inmueble mencionado, vivía una familia a la que habían puesto de mal nombre los Beethoven. Esta familia compuesta de unos padres y una niña de corta edad amaban la música tanto como el usurero ama su dinero y ansía poseer el dinero que pertenece a otros. 

Estas tres personas eran grandes amantes de la música y también lo eran de mantener las ventanas de sus viviendas siempre abiertas. Estas dos actitudes suyas tenían desesperados, al borde del enloquecimiento a todas las demás personas vecinas de ellos, debido a que los Beethoven, desde la mañana a la noche se la pasaban repitiendo, las mismas escalas musicales, los mismos arpegios, las mismas melodías, taladrándoles los tímpanos y torturándoles el cerebro.

La crisis obligó a la familia Beethoven a vender el piano, porque por encima de la música amaban sobrevivir. Pusieron varios anuncios, uno de ellos en la puerta acristalada de la calle donde estaban ubicados.

Fueron pasando los días, nadie les compraba el piano y, aunque hambrientos y debilitados esta familia de músicos siguió aporreando durante todo el día aquel indestructible e invendible instrumento.

Finalmente, los vecinos se reunieron juntaron dinero y compraron el maldito piano, lo regalaron a la escuela de música de la ciudad y todos recobraron la calma y la salud mental. Y todos estuvieron de acuerdo con lo que dijo uno de los vecinos, que padecía sordera:

—Nada hay más hermoso que el silencio, viva la madre que lo parió.

(Copyright Andrés Fornells)

 

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