ADÁN Y EVA LA PRIMERA VEZ (RELATO)

ADÁN Y EVA LA PRIMERA VEZ (RELATO)

Dos jóvenes han hecho el amor por primera vez. Todavía jadeantes, sudorosos, se miran. Él mantiene todavía presente en sus oídos el grito que ha dado ella en el instante supremo.

—¿Te dolió, mi amor? —le pregunta experimentando un sentimiento de culpabilidad.  

—Sí, me dolió mucho, mi amor —reconoce ella, para acto seguido preguntarle, anhelante—: ¿Me quieres?

—Muchísimo —apasionado él.

—Oh, entonces ha valido la pena mi sacrificio —reconoce ella, acariciándole tiernamente el rostro.

—¿Te ha gustado? —pide él, ansioso, expectante.

—Sí, el placer que hemos compartido mereció mi sufrimiento.

Él deja trascurrir unos segundos. La desnudez de ella sigue excitándolo. Desea disfrutar de nuevo lo ya ha gozado una vez.

—Tal vez si… si lo hacemos de nuevo te duela mucho menos.

Ella continúa acariciándolo con extraordinaria dulzura. Él sigue deseándola con todas sus fuerzas. Ella suspira profundamente. Lamenta:

—Me sigue doliendo muchísimo, cariño. La herida ha sido muy grande. Lo dejaremos para otro día. Tú no quieres que yo sufra, ¿verdad?

—Claro que no —se apresura él a responder, ocultando su decepción.

Eva sabe que la manzana maravillosa es suya y tiene que irle permitiendo a Adán comer bocaditos pequeños, que quedé siempre con hambre, para que la manzana le dure tanto como ella desee.

(Copyright Andrés Fornells)