
ELEGÍA A UNA BUENA MADRE MICRORRELATO)
Y una tristísima mañana, a la hora que debes levantarte, tu madre no te llama. Y dejas de escuchar la voz suya que entrando por tus oídos te llega directa hasta el corazón. Y no recibes, por tu bien, más sus buenos, sus acertados, repetidos consejos. Y deseas con toda