INDIA: SUS CALLES Y SUS VACAS SAGRADAS (Mis viajes alrededor del mundo)


(Copyright Andrés Fornells)
Alguien que conocía muy bien la fascinante India, dijo de este pobladísimo país (1. 405.537 millones de habitantes), que es el mayor teatro al aire libre del mundo. Paseando por las calles de Bombay (Mumbai para los nativos) puede uno encontrarse barberos, sacamuelas, encantadores de serpientes, santones predicando, mujeres embelleciendo el conjunto ciudadano con sus saris,  sus velos de vivos colores, sus ancestrales piercings y, para no extenderme más, sus vacas sagradas. Las vacas sagradas lo tienen todo sagrado menos el hocico. Y es que esta parte de su anatomía, según una leyenda muy antigua, la castigó uno de los dioses más importantes del Hinduismo por haber intervenido este animal en un litigio a favor de un dios muy importante y en contra de otro dios hindú que no lo era menos.
Gracias a este favorable castigo los verduleros hindúes pueden alejar a las vacas a golpes (yo los he visto arreárselos a partes que duelen incluso más que en los hocicos) cuando se acercan a sus puestos a perjudicarles el negocio pretendiendo comerse gratis sus productos.
Las vacas viven en absoluta libertad dentro de las ciudades y se permiten realizar actos incívicos de defecación pública, que les serían severamente castigados a los humanos. Esos privilegiados animales pueden tenderse en mitad de la calzada obligando a todos los vehículos y personas a no causarles daño alguno, o realizar el mismo capricho de tumbarse en una acera obligando a todos los viandantes a bajar de la misma corriendo el peligro de ser atropellados por meterse en terreno destinado al tráfico. Por cierto, un tráfico increíblemente caótico pues todo el mundo que circula por las calles de cualquier ciudad hindú tiene derecho a ir por la izquierda, por la derecha y por el centro. Y lo más asombroso es que a pesar de esta falta de normas, a base de bocinazos y algún que otro grito, consiguen los conductores de vehículos que haya menos accidentes que en otros países con normas de tráfico muy bien estudiadas y estrictamente cumplidas. En fin, que la India es mágica y sus habitantes, incluidos los más pobres entre los más pobres, capaces de mostrar bellísimas sonrisas. ¡Querida y admirada India, que todos los dioses existentes te ayuden a procurar alimentos y medicamentos para la totalidad de tus más necesitados habitantes!