TRUEQUE TOTALMENTE LEGAL (MICRORRELATO)
(Copyright Andrés Fornells)
Ella era joven y poseía extraordinaria belleza facial complementada con un cuerpo tan bien provisto de curvas voluptuosas que merecía, con toda justicia, el calificativo de prodigioso. Él era un hombre mayor, tirando abusivamente a feo y arquitectónicamente más que mal formado, pero poseedor de una muy saneada fortuna.
Un día, de común acuerdo y contando los dos con sus facultades mentales en óptimo estado, realizaron un trueque considerada por ambos convenientemente ventajoso. Ella, la beldad, le prestó al acaudalado adefesio, por unas horas, el permiso a disfrutar sin reservas de su bellísima persona, y él le concedió a ella, a cambio de esta autorización, un buen pellizco del dinero que le sobraba.
Terminado el trueque, ella se fue a disfrutar con un hombre joven y hermoso, al que le regalaba con gusto y gratuidad toda la ganancia obtenida además de su hermosura; mientras el ricachón que la había favorecido, una vez satisfecho su caro capricho, continuó engordando su cuenta bancaria gracias a la imprescindible ayuda de los trabajadores que, un sistema astutamente democrático mantiene esclavizados y pacíficos.
