GUARDO DE AQUEL VERANO (MICRORRELATO)

MAR

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

(Copyright Andrés Fornells)

De aquel verano guardo la brisa marina suave, acariciante, perfumada, envolviéndome.
Guardo el misterioso, eterno susurro de las olas desparramándose, incansables sobre la arena.
Guardo los círculos de libertad que dibujaban las gaviotas en el aire cálido y el cielo turquesa
Guardo las agradables cosquillas, en mis pies desnudos, de las blancas guirnaldas de espuma cubriéndolos.
Guardo media docena de bonitas conchas que recogimos los dos y quisiste me quedara yo diciendo:
“Para que nunca me olvides, mi amor”.
¡Dios de los cielos, cómo iba a poder olvidarte si quedaste para siempre viviendo dentro de mí!
De ese verano guardo tus besos, los besos más dulces y hermosos que he disfrutado jamás.
De ese verano guardo la infinita tristeza de saber que, cuando te fueras de mi lado yo jamás volvería a ser el mismo, yo jamás sabría amar a nadie tan infinitamente como te había amado a ti. De ese verano guardo la maldición de haber amado tanto a alguien, ¡a ti! que ya no me quedó nada dentro para amar nadie más.