A TODO CUANTO ELLA LE PEDÍA, ÉL DECÍA QUE NO (MICRORRELATO)

hoy bueno

 

 

 

 

 

 

 

(Copyright Andrés Fornells

Ella era una auténtica belleza, en lo físico y en lo mental, y por esa extraña magia que algunas veces embruja a las personas, tuvo el desacierto de enamorarse perdidamente de un perfecto mediocre en todo. Y se le ofreció como pocas mujeres se ofrecen hasta el extremo de humillarse de un modo lamentable.
—Por favor, deja que te coma la boca a besos —suplicó ella.
—Digo a tus besos que no —con cruel firmeza el joven del que ella insensata y desesperadamente se había enamorado.
—Por favor, deja que mis manos acaricien amorosamente tu cuerpo —continuó ella.
—Digo a tus caricias, que no —de nuevo tajante él.
—Por favor, deja que te haga el amor como nunca te lo ha hecho nadie, idolatradamente, con todo mi cuerpo y toda mi alma —trémula de pasión ella.
—Digo que no a que me hagas el amor —ofensivamente despectivo rechazó él.
Ella comenzó a llorar con profunda amargura y entre sollozos, desesperada, le preguntó:
—Pero, ¿por qué no quieres mis besos, mis caricias, mi sexo?
—Por una simple razón, bonita, porque soy un sádico —con alevosa complacencia él.
Y echa esta demoledora explicación él se marchó muy ufano, satisfecho de sí mismo dejándola a ella destrozada anímicamente, derramando mares de lágrimas.
MORALEJA: Los que aman y no son amados son las víctimas inocentes de ese sublime, inexplicable, esclavizante sentimiento llamado amor.

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