¿UN HOMBRE SABIO? (MICRORRELATO)

(Copyright Andrés Fornells)
Tengo un amigo al que, casi cuantos le conocen consideran un sabio. Por ponerle algún nombre al amigo que hago referencia, le llamaré Salomón. Bien, según aquellos que lo admiran, Salomón y su mujer, Elenita, forman una pareja ejemplar, admirable. Nunca discuten, nunca están en desacuerdo con nada y dan siempre muestras de llevar una convivencia absolutamente perfecta.
Muerto de curiosidad, pues yo jamás había conseguido con ninguna pareja mía, ni de lejos, tan extraordinaria armonía, un día le pregunté a Salomón cuál era el secreto de la envidiable relación que él y su cónyuge mantienen, un año y otro año también, y Salomón me lo explicó con absoluta sinceridad:
—Verás, compañero, mi mujer y yo estamos siempre de acuerdo en todo porque uno de nosotros piensa siempre por los dos. 
Entendí tan bien su fórmula, que nunca más, en mi trato con las mujeres, he vuelto a hacer uso de mi capacidad de pensar diferente, de emplear la controversia, y de este estratégico modo, me he llevado y me llevo de maravilla con todas ellas. No niego que algunos pueden llamarme acomodaticio, pacifista y hasta calzonazos. Bueno, podrán llamarme lo que quieran, pero por propia experiencia les aseguro que el método de Salomón funciona al cien por cien.