LA PELIGROSIDAD DE LA BELLEZA FEMENINA (MICRORRELATO)


LA PELIGROSIDAD DE LA BELLEZA FEMENINA
(Copyright Andrés Fornells)
Hace poco tiempo hablé del número de religiones que se han sumado en nuestro mundo. Algun@s amables lector@s mencionaron que las religiones han causado no pocas guerras y muertes, y posiblemente seguimos con el mismo infortunio.
Hoy me permito comentar que la belleza femenina también ha sido causa de guerras y muertes. Para apoyar esta teoría que acabo de exponer mencionaré un hecho muy antiguo que tuvo lugar en la Grecia muy antigua.
Cuentan que todo comenzó durante la mítica boda de Tetis y Peleo. A la misma fueron invitados un importante número de dioses y mortales. Pero los celebrantes cometieron un gigantesco error: no invitaron a Eride, la terrible diosa de la discordia. Y esta poderosísima diosa maquinó una terrible venganza: sembrar discordia entre los invitados de la fiesta que la habían obviado a ella. Se presentó en esa fiesta y soltó, sobre la mesa donde estaban reunidos los dioses, una manzana de oro que llevaba escrito: Para la más bella. Y acto seguido se marchó. Nada más irse ella, Atenea, Afrodita y Hera se disputaron la manzana. Cada una de ellas creía merecerla por considerarse la más bella. Zeus quiso solucionar el conflicto decidiendo que un joven mortal, mostrando su imparcialidad, decidiera cuál de las tres diosas era la más bella.
Este joven elegido por Zeus fue Paris, el hijo del rey de Troya. Las tres envanecidas diosas trataron de que Paris las eligiera prometiéndole notables recompensas. Atenea le ofreció la sabiduría y la victoria en cualquier guerra futura Hera le ofreció todo el poder que pudiera desear, además del título de emperador de Asia; y Afrodita le ofreció el amor de la mujer mas bella del mundo. Paris, seducido por esta última oferta, proclamo venderá a Afrodita y ésta se quedó con la manzana de oro. Paris no imaginó que su elección traería las más trágicas consecuencias para su ciudad, pues la mujer que le había prometido la diosa Afrodita era Helena, la esposa de Menelao, rey de Esparta. Troya y Esparta habían mantenido hasta entonces una buena relación. Durante una de las visitas de Paris a tierras espartanas conoció a Helena, y la promesa de Afrodita se cumplió, pues la joven espartana experimentó una irresistible atracción por el joven troyano, y luego de pasada una noche en su palacio, se la llevó con él a Troya.
Enfurecido ante semejante ofensa, el rey Menelao nombro a su hermano Agamenón comandante jefe para llevar a cabo el rescate de su nuera Helena, todo lo cual desembocó en la legendaria Guerra de Troya que tantas muertes causó.
Este relato mitológico nos demuestra que el amor está muy por encima del poder y la sabiduría. Tengamos mucho cuidado con él, porque es bastante más peligroso de lo que a muchos les parece.